miércoles, 23 de enero de 2013

THE RAVEN, la adolescencia y el Prog (por Carlos Gambero)

 
Ninguna música refleja mejor la adolescencia que el Rock Progresivo, por ello los que amamos esta música no podemos ni definirla ni encapsularla en un concepto concreto: es dinámica, compleja, tiene múltiples vértices y jamás se detiene sino que se expande en una especia de endogamia enriquecedora que, lejos de convertirla en algo maduro supone, segundo tras segundo, un eterno e infinito vórtice similar al circuito cerrado de una fuente; sube para bajar porque debe subir o, como diría Gabriel, entra para poder salir, y a nosotros nos encanta sumergirnos y dejarnos llevar por su flujo turbulento, plácido, complejo y a veces violento.

Wilson,Gabriel,Howe,Fripp,Hackett,Phillips,Parsons,Waters,Eno,Banton,Emerson,Jackson,Akkerman, y otros muchos, son sólo eternos adolecentes que se han ido turnando, repartiendo, adecuando, y entregando el testigo de una llama que no cesa, ni cesará, mientras se sigan haciendo discos como The Raven, una obra redonda de música progresiva o adolescente que no sería justo decir que tiene esas referencias sino que supone sólo una gota más que se integra en ese vórtice precioso que no cesa, sus temas ya no pertenecen a su autor porque su autor no se pertenece a sí mismo, está atrapado en las letras de Poe como lo estuvo Parsons y en los teclados o guitarras que todos reconocemos enseguida: eso es Prog ¡¡ luego existe.

Wilson se niega a crecer y, al igual que el niño del tambor de hojalata ,ha ordenado a su cuerpo atarse a los setenta. En este nuevo disco aborta la posibilidad de que esta música se pierda, en muchos temas puedo escuchar a Gabriel, a Hackett, a Fripp, a Jackson,a Emerson, porque, en realidad, están ahí dentro, son consustanciales con lo que escuchamos y no deberíamos avergonzarnos de sentirnos emocionados, exaltados, apasionados porque, afortunadamente, la música progresiva nos invita a ser, otra vez, adolescentes. Es imposible que no nos emocionemos escuchando a Génesis en The Watchmaker, hasta la voz de Wilson se ha convertido en un instrumento más, pero no es Génesis, ni Wilson, es la música progresiva, nos necesita adolescentes y a mí me encanta agarrarme a mi parte del tambor.
VIVA EL PROG¡¡¡¡.